jueves, febrero 10, 2005

Confesionario

Si lo que intuyo en tus ojos es algo más que un deseo, veo que necesitas del sacramento de la reconciliación. Las puertas están abiertas, solo tienes que atravesar el claustro, entrar en la iglesia, dirigirte al transepto, rodear la girola tras el presbiterio y encontrarás un pequeño confesionario labrado en nogal. Arrodíllate frente a él, recoge tus manos y deja descansar sobre ellas tu cuerpo.

Espera en silencio a que retire la portezuela de la ventana. Cuando oigas deslizarse la madera, Solo tienes que susurrar un breve 'Ave María' para que bajo la cúpula, a la luz que cae de las vidrieras, escuche tus fantasías: las confesables y las inconfesables, las que fueron y las que deseas.

Cuando tu corazón se haya liberado de su carga, me acercaré a la ventana del confesionario a buscar tu mirada tras la rejilla para que mi oración acompañe tus confesiones hasta la bendita absolución de tus pecados in nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amen.

[con el permiso de mari y de coché: http://viveysefeliz.blogspot.com/2005/02/susurros1-parte.html]