lunes, octubre 26, 2009

Utópica despedida

Estimada mengana,
puedo decirle por fin
que transcurrido el tiempo
que ha pesado entre ambos,
el mengano que suscribe
renuncia a cualquier encuentro
casual o premeditado
con sus adúlteros traumas
y otros accesos infantiles.

La poca cordura que me resta
agoniza exhausta frente a la locura
de su incomprensión para con ella.
Entiendo la ceguera de sus sentidos
y sus ansias por esconderla
bajo la sábana del placer.

Pero querida mengana,
con usted no hallo más
que el silencio en la noche,
la frontera en el horizonte
y la ruina en las estrellas.

No sos más que lo que palpo,
miro, acaricio o penetro.
Por más que busco,
en su universo
solo encuentro
el hueco de mi soledad.

Mengana suya,
aun resta
un huequito
para la esperanza.
Por esta razón
y por no perderla,
me despido de usted.
Le dejo con su bastón
y su perro lazarillo,
que yo seguiré
buscando mi utopía.